A veces las cosas no salen como uno lo espera, y eso es natural, después de todo si nosotros no somos perfectos, por que habría de serlo nuestra vida, el hecho es que de todas maneras, lo veamos como lo veamos, las cosas siempre serán iguales para cualquiera de nosotros, con altas y bajas, habrá veces en las que parezca que hay mas bajas que altas, pero la vida es como la marea, siempre cambia, ya sea para mal, o sea para bien, cambia, y bueno, cuando el agua te llega hasta el cuello, no debes preocuparte si no es de la potable, hay cosas que quisiéramos que fueran de lo mejor posible, que planeamos por días enteros, que por semanas llevamos pensando que serán perfectas y que por meses nos decidimos si hacerlas o no, cuando al final tomamos una decisión, dudamos siempre si esa es la correcta, nos preguntamos un millón de veces si no vamos a hacer una pendejada, pero ya todo esta hecho y ya no hay marcha atrás, los dados han sido tirados y esperas que por un milagro te toque un siete mágico que te de al menos una esperanza de que lo has hecho bien, cuando esto sucede eres lo máximo para ti mismo, o hay nada que te detenga, todo parece inferior, al fin vuelas por cielos sin preocuparte un minuto si vas a caer de golpe o aterrizar suavemente sobre un campo de las flores mas suaves. Pero no olvidemos la otra cara de la moneda, cuando las cosas no salen como uno espera que salgan, cuando hay errores, cuando ya todo ha acabado y no hay nada mas que hacer que mantenerte firme y admitir que has sido derrotado en esa batalla, pero si eres consciente, y sabes bien lo que quieres, sabes también que la guerra aun no termina y que solo acaba de comenzar, es entonces cuando solo dices “bueno trataré de hacerlo mejor mañana, no todo esta perdido ya que como dice yho asakura siempre hay una solución” entonces tomas los pedazos de tu autoestima las sobras de lo que fue un plan perfecto y vuelves a empezar, nunca falta quien te llegue a preguntar, “¿para que sigues con esto? Ya todo acabo y fallaste mejor deja las cosas como están, y busca e otro lugar” si haces caso o no eso es cuestión de cada quien pero una cosas si te puedo decir, lo que llegas a hacer lo haces por que tu quieres hacerlo, no por que alguien mas te lo manda, o por que alguien mas te pide que lo hagas.
Llega el momento entonces en que lo vuelves a intentar, y vas de nuevo con todas las ganas del mundo, con un plan nuevo, algo que estas seguro que no volverá a fallar y que sabes con exactitud que funcionara a la perfección, la batalla empieza de nuevo, y al principio te das cuenta que funciona bien, el rostro se te ilumina, piensas que todo es perfección y que ya nada puede salir mal, y al parecer así es sabes que vas ganando, piensas que el triunfo es tuyo y de repente, vuelves a meter la pata, o simplemente tu día de suerte no es ese día, y solo fue una treta de la vida imperfecta de un ser imperfecto como tu, como yo, como el o ella como la de todos nosotros y como la de todos ellos, el caso es que algo sucede y todo el campo de batalla cambia, y ahora, o hermano en la imperfección, tu estas perdiendo, ¿por que?, la verdad no se, creo que todos nos lo preguntamos en ese momento, al final de todo esto, quedas igual o peor de lo que ya habías quedado. El caso es que vuelves a repetir el proceso una y otra vez, lo intentas de nuevo y de nuevo teniendo la esperanza de que una de esas veces logres tu cometido y todo se torne de tu color favorito, todo salga como lo has planeado y como lo has esperado desde la primera vez que lo comenzaste a intentar. Entonces, y solo entonces, después de varias batallas perdidas en una guerra de la que jurabas no desistir, caes ante tu temible y añorado enemigo, y por fin dices esas 4 horribles palabras que jurabas no decir jamás: “me doy por vencido” todo tu mundo se derrumba frente a ti, en vez de aterrizar en esas flores suaves, caes de golpe en asfalto quedando en el suelo destrozado sin poder saltar esa distancia imaginaria que te han dicho muchos que la pueden saltar. Por un tiempo dejas de creer que la guerra haya valido la pena, pero ese “un tiempo” se convierte en un lardo tiempo, y dejas de luchar y de esforzarte, y entonces ocurre el milagro, aun creo que es un misterio por que o como es que sucede, pero sucede, ese sueño por el que luchas llega a ti, sin planes, sin estrategias, solo así... de repente, se para frente a ti por accidente, chocas con ella (el) o simplemente te la (lo) encuentras en la esquina de una lonchería frente a un estadio, te sientas a su lado en una clase que les aburre a los dos, se encuentran en el chat de msn o yahoo, vaya yo que se, ese milagro se presenta de cualquier manera posible, el caso es que se presenta, en el momento menos esperado y ahí veces que en el menos indicado, pero llega, al final tu esfuerzo, estrategia, plantación importo un comino y tu imperfecta vida hizo lo que se le pego su regalada gana contigo, pero al fin te das cuenta que hizo lo correcto y que no pudo haber salido mejor. no estoy diciendo que no hagan nada por lo que quieren y que le dejen todo a su aburrida e imperfecta vida, no es así el juego, den lo mejor de si, hagan lo posible por que las cosas se den, si les gusta ser estrategas séanlo, si les gusta planear háganlo, o hagan solo eso, hay que dejar que alas cosas sigan un poco la ley de gravedad y caigan un poco por su propio peso, el caso es que estos pequeños y enormes tropiezos ala vez, hacen de la vida algo perfectamente interesante, completamente embelezante, y que siempre te llega con una sorpresa cuando menos te lo espera es lo que le da ese sabor agridulce que tanto nos encanta.
Sinceramente espero que te sirva leerlo como a mi me a servido escribirlo, esto es lo que aprendí hoy, ¿como? No lo se, creo que es uno de esos milagros inesperados de los que hable, solo piénsalo, interprétalo, asimílalo, y recuerda que esta vida esta hecha para experimentar, y que hagas lo que hagas, siempre habrá algo interesante que aprender y quien sabe, tal vez un milagro que vivir.
Abraham Dionisio Hoyos Rodríguez
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